miércoles, 21 de enero de 2009

Ojalá

Ojalá tu perfume acompañara al mío
Ojalá tu calor cobijara mi frio
Ojalá tus sonrisas respondieran las mías
Ojalá tu mirada se encontrara con la mía.
Es el anhelo de un pasado que ya fue, un presente que vació de ti quedo, y un futuro que ya no fue ni será.

Recuerdo

Tengo ganas de hacerte el amor, de recorrer tu cuerpo, morderlo, lamerlo, de quitarte la ropa y empezar por tu pecho, suave, sin bellos… morderte, como me encanta sentir en mis dientes los suaves pliegues de tu piel.

Luego sacarte el pantalón, sentir como el órgano que está entre tus piernas se levanta ante la presencia de mis manos, que quieren continuar desnudando ese cuerpo blanco, joven, terso, bello, que resplandece ante el placer y la lujuria, que suda ante el esfuerzo de estar juntos, penetrados, moviendo, mordiendo, golpeando, amando.

Parece ser que mi cuerpo solo se estremece ante tu recuerdo, que quiere vivir de nuevo.

Fiel a tu espectro

Fiel a tu espectro
A esa imagen borrosa que vive en mi cabeza
Que carece de tacto
Pero aún así provoca muchas sensaciones en mí:
Tristeza por tu indiferencia,
Alegría por la experiencia
Frustración ante la distancia
Anhelo ante la esperanza de que vengas a actualizar el recuerdo, a agregarle más cosas, tal vez a desencantar otras.
Lujuria que se estanca en un vago recuerdo,
Que se calma con una masturbación o dos
Pero que late cuál corazón de fiera en celo.

Fiel a tu espectro
A la espera de una señal de vida
De muerte
De tristeza
Tal vez de nostalgia
De que me extrañes…
Pero aún no apareces
Y yo sigo aquí, esperándote
Y fiel a tu espectro.

Fuera del tiempo

Se consumen los minutos esperando noticia tuya, una llamada, un contacto, tal vez un simple gesto o una palabra que me indique tu presencia, que aún me piensas… pero no llega. Miro el reloj, se que a esta hora esta llegando a casa, lo sé, cuantas veces no recibí tus llamadas diciendo: hola preciosa estoy aburrido en mi habitación, cuantas veces no añoré estar allí para entretenernos y pasar el tiempo…
Y que hermosos recuerdos llegan a mi memoria, una noche, cálida, llena de sonrisas y cansancio por un recorrido de muchas horas para ver de nuevo tu sonrisa, para sentir tus labios en contacto con los míos, para escuchar tu voz cerca de mi oído.
Y saberte allí, recorriendo mi piel ardiente, quedando tu aroma en mi olfato, en mi piel que te ama y te desea, que te busca y te encuentra, que me excita y hace querer poseerte en el acto de comunicación más hermoso jamás conocido por el ser humano. Es sublime saber que mi cuerpo te desea, que mi razón te ama con lujuria, con entrega… y si, la razón también ama sentir.
Me penetras, y el mundo se me pierde por un instante, donde lo único que importa es disfrutar aquel momento, tal vez gemir de placer, tal vez moverse, tal vez pronunciar un te amo… es en ese instante, donde el clímax está al máximo y siento mi cuerpo temblar y sucumbir ante la presencia de tu ser dentro de mí, que el tiempo se pierde en algún lugar de tu cuarto... y así poder vivir un instante fuera del tiempo….

Ausencia

Nuevo día, luego de un sueño donde se revive cada instante vivido, el aroma de tu piel permanece intacto en mi olfato, en mi cuerpo, en mi memoria. Nuevo día, y otra vez no estás. ¿Tienes idea del dolor que siento al notar tu ausencia? Nuevo día, abro los ojos al mundo para continuar con mi rutina, con la construcción de mi obra, pero llego al espejo y no reconozco su reflejo… Tal vez sea el alma llena de tristeza el que se muestra, pero no me gusta cómo me mira, justo como detesto que me miren, procuro pasar rápido ese momento, para evitar encontrar esos ojos grandes llenos de preguntas, carentes de respuestas, con miles de curiosidades.
Y me visto, lo primero que vea porque lo importante es cubrirme del frio, y si que hace frio desde que tus brazos no me cobijan, desde que tus palabras no me confortan. Y sigo llorando por amor, caminar por las calles se hace imposible cuando todas tienen un recuerdo, una huella de una historia entre tú y yo que se escribía entre miradas, palabras, gestos, besos, caricias, abrazos…
Ya no es igual caminar las calles desde que mi mano no tiene el consuelo de la tuya, ya no es igual recorrer caminos sin el cálido apoyo de tu sonrisa, de tu mirada, de tus palabras, ya no es igual los nuevos días que he de recorrer con tu ausencia pesando en mi alma…
Nuevo día, nueva rutina, pero el mismo y viejo dolor, el dolor de tu partida en mi corazón…

¿Estarás queriendo a alguien más?

Si, lo sé, ya no eres el mismo de antes… ya no llamas, ya no escribes, ya no hay preguntas, y menos respuestas. ¿Estarás queriendo a alguien más? Entregándole tu cuerpo, mi cuerpo, mis labios, tus labios, mi sabor, tu sabor. Estarás queriendo a alguien más, pero no me podrás olvidar, imposible amor, imposible… marqué tu corazón sin que te dieras cuenta, por eso cuando estas solo me extrañas, si, me extrañas y te duele pensar que es así; sé que en las noches te masturbas mientras piensas en mi, en este cuerpo que recorriste, en mis besos, en mis manos, en mi olor… Cuánto nos gustaba estar desnudos, abrazados, penetrados, cuánto te gustaba sentir mi aroma, lo repetías cada vez que podías…
Estás queriendo a alguien más, lo leo en tu mirada, en tus nervios al mirarme, al no poder decirme la verdad, ya no quieres confiar en mi… ¿quién será? Amado mío, anhelo prohibido, me buscaste y nos encontramos, pero quise alejarme, cuando te busqué te había perdido… Sé que cuando quieras encontrarme… no estaré. Me iré lejos, tal vez sea el ego, tal vez sea la soledad y el desespero, pero buscaré a alguien a quien querer, tal vez menos, tal vez más de lo que a ti te quiero, pero creeré que te olvidaré…

Juntos y desnudos II

A la espera de una cita, imaginándola, recreándola… tras conocer nuevos lugares, otros gustos, se hace posible pensar en recorrer diferentes caminos, transitar por otros sitios, observar, degustar, admirar… y al final, terminar juntos y desnudos.
Que delicia imaginar de nuevo terminar en cama, después de un agotador día, tal vez en compañía del alcohol, para revivir aquella sensación, tras el momento mágico de estar comunicándonos bajo la sombra de unas cuantas cervezas en la cabeza, el mareo, la sacudida extraña, nueva, pero a la vez placentera.
Es tan rico poder comerte, poder saborear la blancura de tu piel, poder oler el aroma de dos cuerpos que se entregan sin demora, del líquido que emana el hermoso miembro que sobresale en tu parte delantera, con su firmeza, con su dureza, y la espera continua, tal vez sea corta, tal vez sea eterna… pero estoy segura que ella hará más deseable la entrega.

Las manos de mi amado

Suaves, ásperas, fuertes, tiernas, dulces, así son las manos de mi amado. Que placer es sentir esos dos retoños apretando mi ser, que hermoso es caminar entrelazando una, sentir cada dedo, cada línea, cada uña, cada centímetro de piel….
Así son las manos de mi amado, las que me gusta abrigar, morder, lamer, chupar, las que me excitan cuando recorren la senda de mi tez.

Placer puro

Cuerpo queriendo estar desnudo. Mente queriendo abrirse para conocer nuevos lugares, para concentrar los sentidos, para grabar sensaciones, aromas, sonidos, miradas, gestos, piel, lunares, líneas, texturas, sabores… Se cierra la puerta de una pequeña habitación, la cama en un rincón espera ser habitada por los seres que se besan apasionadamente, buscándose, encontrándose, deseándose.
Pero la cama parece ser otro elemento porque no se resiste el deseo ante la espera, y empiezan a caer las prendas, rápidamente, porque el tiempo parece correr más aprisa cuando a tu lado llega el día, cuando ya se presentan los cuerpos como son, sin la falsedad de ropa que disfraza y oculta la belleza de los mismos, los labios, las manos quieren recorrer todo, pero se siente abajo, en los genitales, las ganas de estar penetrados, y se hace, con una o varias posiciones, pero se siente el placer, se escuchan los sonidos que producen los movimientos torpes, suaves, fuertes, de la danza que da paso al orgasmo, a mi orgasmo, al tuyo…

Distancia

Del punto A al punto B hay un tramo, una medida, algo que los separa… ¿Serás tú el punto A y yo el B? ¿O será al revés? No me gusta ese concepto, no me gusta estar así, pese a estar tan lejos te siento dentro de mí. ¿Será la locura? No lo creo… tal vez antes de conocerte las cosas eran menos difíciles, pero tampoco eran fáciles. Ahora es extraño, conservo tu aroma, tu paisaje, tu sabor, tus escritos. Te conservo en mi memoria, pero a veces olvido cosas… ¿Llegaré algún día a olvidarme de ti? No lo sé, pero no lo creo, te veo en los lugares que menos imagino, pero también te olvido cuando debería recordarte…
Esta noche dormiré pensando en tu imagen, en mi imagen, en el tú y en mi yo, para tratar de olvidar ese tramo, ese camino, ese que me obliga a no estar contigo.

Amor posesivo

Insatisfacción, dolor, eso es lo que me hace sentir el estar así. Amor mío, me lanzas al vacio, al desespero, a la muerte… ¿Por qué tengo que amar así? ¿Por qué tengo que amarte así? Estoy cansada de sufrir, de sufrirte, de querer poseerte, si, es lo que quiero hacer… Clavar una daga en tu corazón, comerlo, ingerirlo para que empiece a latir junto al mío, para que no pueda estar en otro lugar… Pero quiero más, no me basta tu corazón, quiero sacarte los ojos, que veas a través de los míos… ¿No te parece hermoso? Por fin comprenderás lo que siento, por fin entenderás mi mal humor.
Pero aún no es suficiente, quiero tener más, quiero poseerte totalmente, así que arrancaré todo tu sistema respiratorio para instalarlo junto al mío, para que sientas siempre mi aroma, para que respires mi mismo aire, siéntelo amor y disfrútalo, porque es lo único que podrás hacer de ahora en adelante…
Pero que pasa, quiero más, ahora necesito tu boca, para que no beses a nadie más, para que comas lo que se no te va a hacer mal, necesito todo de ti, tu cuerpo, tus oídos, tu alma… Esa es la que más anhelo, debes dármela, porque me enamoré de ti y ese el precio que debes pagar…

A.M.A.N.T.E

Antes del amanecer
Mientras busco otro
Anhelo para vivir…
No puedo imaginar un
Tiempo, un lugar
En donde no te pueda soñar.

Clandestina

Triste estoy porque para mi desgracia me estoy enamorando de ti. Se como amo a las personas, y sé que ese sentimiento se reparte entre gusto, querer, desear, anhelar y amar por un lado, y por el otro odiar. Así es, te odio, pero mi odio se resume en el deseo de saberte aquí, a mi lado, constante, tierno, alegre. Ahora se estas con ella, y la amarás como siempre la has amado… mientras aquí mi alma padece de tristeza.
Le estarás haciendo el amor, mientras yo recuerdo el sabor de tus besos, las caricias que tanto me excitaban, esos que ella estará disfrutando porque siempre has sido suyo, así quieras tratar de parecer ajeno a sus sentimientos. Duele saber que estas con ella, y más duele saber que tú quieres que sea así. Mientras tanto yo espero como una idiota, como la inocente que siempre soy.
Saliste ganando, tienes dos personas que por tu felicidad harían mucho, pero yo no daría todo, aunque este proceso esté iniciando se cuanto le deseas, que tal vez me mientes y solo quieres tenerme por un rato… mas no eternamente.
La envidio, no sabes cuánto, mientras yo soy la clandestina, la incierta, la del rato.

Juntos y desnudos

Por fin, después de tantos kilómetros alejados, después de tantas llamadas que alimentaban el deseo por verte, las ganas de tenerte… hasta ese día, donde en un motel de una ciudad amable, con la sorpresa de haber burlado al tiempo y al espacio por un momento, sin imaginar que pasaría; el día que mirándote a los ojos sin esperar una conexión por internet... pude decirte te amo, el día que escuché un susurro de tus labios cerca de mis oídos tu dulce voz pronunciado un preciosa…
Las ganas eran tantas de tenerte, de poseerte, de sentir tu cuerpo desnudo sobre el mío, de tener tus manos lujuriosas recorriendo mi cuerpo entero, de rasguñar tu espalda y tu pecho… después de tantos sueños, de infinitas fantasías se logró hacer, una tarde llena de la mezcla entre pasión, deseo, amor, anhelo, lujuria, fantasía, torpeza, risas, miradas, caricias, gustos, querer, erotismo, placer, confianza…. Una tarde del día más perfecto de mi vida…
Juntos, desnudos, como nos trajo al mundo tu madre y la mía, con mis defectos y los tuyos, con todo aquello que nos excita, que me excita, con los poros abiertos, con las ganas de comernos, de saborearnos, de mordernos, después de esa espera que parecía eterna… al fin juntos y desnudos, juntos y besándonos, juntos y amándonos…

Palabras

Surgen de lo más profundo de la garganta, salen por la boca para ser pronunciadas. En ocasiones son producto de un proceso lógico del pensamiento, otras veces salen arrebatadas y sin ser pensadas. Ellas me ayudan a comunicar, a escribir, a pensar… son ellas, ideas eternas que abundan en mi desordenada cabeza.

El abismo

Un leve sonido entraba en su oído, al parecer el viento susurraba dulcemente para sí, solo para él. Hermosas palabras entraban allí, las más bellas jamás pronunciadas. Así pasaba su tarde, sentado en el fondo de su abismo, escuchando aquella melodía perfecta que le daba la naturaleza…

Se metió tanto en el que olvido todo, para centrarse únicamente en sí y en su voz interior, para vagar en la mañana y en la noche en el mundo y ser compañía de aquellas almas, de esas almas que sienten que para ellas nadie existió.

Fuera de lugar

Estoy fuera de lugar, de contexto, de muchas cosas. Me siento rara, me duelen tantas actitudes, me siento sola, muy sola, hoy quiero llorar. Siempre que pongo empeño en algo no sale, no resulta, quiero controlarlo todo pero se me escapa de las manos, quiero controlarme, lo hago, me cohíbo y almaceno todo, tanto es que quisiera estallar en estos momentos.

Porque tengo que sentir, porque tengo que sufrir, no quiero hacerlo, pero parece algo inevitable algo inherente a mí ser. Quisiera olvidarme, escaparme, salir corriendo y llegar a la nada o al infinito, mirar al cielo y entender porque soy nada en el todo. Me duele hoy más que nunca el cuerpo, el sentimiento, la razón. He fallado, a tantas cosas, he faltado a muchos más… no encuentro de nuevo lugar.

Quisiera llorar una sola vez, pero las lágrimas no salen, como si algo las detuviera. ¿Será tu idea? Maldición, quisiera ser otra cosa, un ave por ejemplo, salir, volar, ser libre. Estoy atada, presa al sentir, ahora eres un problema, grande. Por tanto, quiero arrancarte corazón, cocinarte y comerte, devorar aquello que me hace entristecer.

Quiero transitar la senda de la inmortalidad

Quiero transitar la senda de la inmortalidad, pero aún no se si iré con alguien de la mano, o del brazo, o caminando delante de algo, alguien, todos, todas…
Quiero transitar la senda de la inmortalidad, si me tropiezo, si caigo, levantarme, llegar a la meta que tanto anhelo reconocer.
Quiero transitar la senda de la inmortalidad, encontrarme junto a tantos que han marcado huella y ser parte de ese grupo, de aquellos individuos que han superado límites.
Quiero transitar la senda de la inmortalidad, y para ello, cerraré por un momento los ojos, tendré conciencia de mi cuerpo, e iniciaré la marcha, acompañada de mi alma.
Quiero transitar la senda de la inmortalidad, y decirle a la muerte que no le temo, que por fin la conquisté.

La gran historia

Parte I
Se había acercado a mí, sudaba, su rostro me mostraba una gran angustia, tan extrema que contagiaba; sus ojos, llenos de vetas rojas me miraban suplicantes, de su nariz emergía una mucosidad que se mezclaba con lágrimas que emanaba de aquellos órganos que le permitían detallar al mundo, y su boca me gritaba suplicante.

Yo no sabía qué hacer, desde que había escuchado sus palabras mi cuerpo parecía haberse congelado en un instante eterno, no me movía, creo que no respiraba, pero sentía muy fuerte los latidos de mí cansado corazón.

O alguien me puede decir que hacer cuando a gritos te suplican: máteme por favor.

Parte II
Final 1
Yo lo había hecho sin intención; él que no quería suicidarse porque era pecado; agarró mis manos, las podía mover a su antojo porque mi cuerpo no reaccionaba a las órdenes del cerebro, me hizo sostener un cuchillo. Desesperado gritaba: -“Clávamelo, no merezco vivir, pero rápido”- Y así fue como, cuando estaba alzando el brazo mi corazón se detuvo, y un suspiro eterno me indico que mi cuerpo había muerto.

Final 2
Ya no sabía qué hacer, su rostro suplicante me daba lástima, aborrecía verle así, quería matarme, ya no quería oler su sudor, escuchar sus gritos, mirar sus lágrimas que dejaban rastro en su cuerpo, sentir sus manos golpeándome. –“YA NO MÁS”- le grité, y al sentir que mi cuerpo reaccionó le empujé, fue así que mis sentidos y mi espíritu descansaron, al verle caído, sin respiración, y tan tranquilo, porque su alma y su cuerpo se escaparon del mundo, del maldito mundo al que nunca fue aceptado, al que nunca le había amado.

La gran compañía

Un cordón cae de su cabello, largo, negro, brillante y lleno de horquilla. Se le había caído la cinta blanca que adornaba su esbelta cabellera y yo debía aprovechar para hablar con ella. La había visto tantas veces, cuando pasaba frente de su tienda, pero no me atrevía a decirle nada, hasta hoy, la oportunidad perfecta. Mientras el lazo caía, vi una mano que lo recogía, no era mía, ¿quién es?

Era la soledad, su gran compañía…

Cuento corto

Caminó, dejó huella y el tiempo lo olvidó.

El 19

AQUEL TRISTE 19
Era un 19 de cualquier mes, se le había terminado el cigarrillo y tenía mucho frío. Se le había perdido una zapatilla y andaba con un pie descalzo, con sus gafas rotas y un papel en su mano… Se había caído de un árbol, tratando de alcanzar aquella bandera negra por la que tanto había luchado, a la que tanto había amado. Pero, ¿Qué había pasado?

Recordaba un foco de luz que desprendía una luz verde, ¿sería un carro? No, no lo creía. Se iba a rascar su frente cuando ve un papel en su mano, era el fragmento de un libro, en cuya portada recordaba ver una foto, la foto de su alma acompañado del fragmento: “Aquí yace un alma vencida, porque fue obstáculo para sí misma”.


NOTICIA, ENCUENTRAN FOSA COMÚN EN UN BARRIO DE BOGOTÁ
Mientras un niño jugaba a hacer huecos en el potrero abandonado del barrio, encontró algo que le hizo correr a casa, su madre inmediatamente llamó a la línea de emergencias a informar sobre el cadáver que había visto su hijo de ocho años. Inmediatamente las autoridades llegaron al lugar, y luego de hacer las respectivas investigaciones se encontró que el sujeto muerto era un NN, fallecido hace más de dos años, sin una zapatilla, con gafas rotas y un libro en su mano.

Algunos dicen que en barrio las pandillas atacan y entierran a sus muertos en cualquier lugar, pero el líder de una de estas afirmó que no dejan fosas sin identificar, otros dicen que hace dos años gente ajena al sector llegaba a enterrar cosas, pero nadie decía nada. Las autoridades seguirán investigando los hechos, mientras tanto los restos continuarán en medicina legal para continuar las investigaciones.

19 de Octubre
Lo vi tirado en el suelo, se había caído de un árbol, no sabía qué hacer con su cuerpo. Ya su locura había llegado al extremo, colgaba esas malditas banderas negras por todos lados. Le quería quitar los tenis, siempre quise tenerlos; pude con uno, el otro estaba tan amarrado que me fue imposible hacerlo, siempre dormía con esas zapatillas, pero como me gustaban.

No sé que le habría pasado, tal vez creyendo que estaba navegando por los malditos mares habría visto un barco enemigo y se abría arrojado contra él, que pasa, ya estoy pensando como él. Sentía que algo malo le pasaba, no había ni llegado a comer, extraño, pero incierto, por tanto cogí la linterna y salí a buscarlo al potrero de los Martínez, allá se la pasaba. Era una noche oscura, así que me lleve la linterna, pero el bobo ese la había pintado de verde, por tanto no podía ver bien, hasta que los lentes de sus gafas brillaron, lo vi, tan pálido, con una expresión de desespero, cuando decidí casarme con él no conocía ese maldito defecto, lo disimulaba bien, hasta que con el tiempo me desesperaba, creer que vivía en un mundo donde todos peleaban contra él, maldito seas, como te odio.

Por tanto, decidí ir a empacar maletas, por fin podía huir, la lástima la había atado a ese ser que alguna vez había amado, y lo hacía ahora, corrí a casa, agarre la pala del vecino y cabo hasta donde mis fuerzas dejaron y le enterré, con sus gafas puestas y un zapato, el otro lo cogí para recordarlo; pero había olvidado algo, su libro, aún en mi interior amaba a ese ser que me había hecho sufrir; así que de nuevo fui a casa, apenas lo encontré, lo abrí, tenía una foto en su portada de una llaga, parecía de un leproso, y en sus hojas habían escritos , parecían suyos, no sabía, no estaba marcado. Quería conservarlo, pero no, eso era atarse de nuevo, así que corrí y deje el libro entre sus dedos y le enterré.
Un duro trabajo, pero lo conseguí, así que empaque todo y me fui, tenía ahorros, muchos ahorros y me alcanzo para un tiquete a Suiza, donde sola encontré razones para ser feliz.

La perdición

Perdida… ¿en dónde? A veces me pierdo en mí, en mis ojos, en tu mirada. A veces me pierdo en el horizonte, me voy y vuelvo cuando me hablan. A veces me pierdo en mi mente, creo bosques oscuros y densos; creo castillos gigantescos, creo playas llenas de infinidad de colores, creo universos paralelos, creo futuros inciertos con mis deseos, creo mi ser perfecto…
Hasta que despierto, y me encuentro sentada, mirándome al espejo… y llorando, llorado por volver, por volver a verme de nuevo.

Realidad, maldita realidad

Realidad, maldita realidad, era el nombre del artículo que hoy había leído en el periódico tras recogerlo como todas las mañanas, hablaba de la cotidianidad de su pueblo, al que odiaba, porque le decían sutilmente lo que en verdad ocurría. Pero ella no miraba su rutina, el amor le vendaba… dulces mentiras alimentaban su orgullo, suaves caricias hacían hematomas en su cuerpo, pasiones fugaces la forzaban a hacer lo que no deseaba, palabras soeces la enamoraban, su esclavitud le hacía vivir en un cuento donde la princesa era ella, la que disponía todo para que su caballero llegara después de una borrachera a golpearla, y ella le atendiera con una dulce sonrisa en su cara, le lavara las heridas, con un inimaginable cuidado procuraba que la ropa no se manchara de las lágrimas y la sangre que lentamente caía en su cara, puesto que, en el trabajo su marido usaba ropa blanca; en la mañana, le servía la comida sin derecho a recriminar el porqué no había energía eléctrica, sin mencionar que había pasado horas cocinando para que el nada comiera y le dejara la comida tirada porque estaba salada…

Tres años, tres años maquillando su rostro para que nadie observara las cicatrices que el amor le dejaba, dos años, dos años ocultando como su cuerpo indicaba las veces que era forzada a ser poseída, un año, un año esperando a que le permitiera trabajar para colaborar en la casa.
Hasta ese día, el día en que la venda inesperadamente cayó, se encontró sola, golpeada, arreglando la pocilga que ella misma había permitido que creara. ¿Dónde quedó aquel hombre tierno que le regalaba flores, que le cargaba la maleta, que le decía que no se preocupara por nada?

Se miró al espejo… se vio aparentando diez años más de los que el tiempo le decía tener, lloraba, ¿por qué había permitido que le hicieran eso? ¿Por qué se hizo eso? Y sin reparo, cogió una de las tantas camisas blancas, cogió el cuchillo con el que cortaba las naranjas y terminó con su sufrimiento…

Ceguera

Es complejo dejar de sentir o peor aún decepcionarme de ti… No puedo hacerlo, tal vez sea la ceguera que ha impuesto mi deseo por cumplir algo que me prometí hacia ti, pero me ha sido difícil concebirlo. A veces quisiera borrarte, otras ignorarte, pero es imposible… Espero que el tiempo me permita hacerlo, más el que pasaré lejos de tu ser. Mi mente no borra el recuerdo de ese beso, y muchas noches lo sueño, sé es el deseo por volver a hacerlo, pero no puedo y no quiero… Es mejor dejar que el soñar me permita quererte como quiero, caminar de la mano, besándote y descubriendo tu misterio.

Pero he decidido inhibir lo que siento, y volver a contar contigo como antes, y que cuentes conmigo como siempre…

Amor al poeta distante

Te leo en la distancia, en esa maldita distancia que nos separa… Y te extraño más y más… No lo sé, tal vez sea la falta de ocupación, de tener algo de tiempo libre, pero te pienso más y más… Solo espero como antes abrir el correo, tener noticias tuyas, que cuando mi celular timbra la bocina me traiga el sonido de tu voz, aunque no te traiga a ti.

Es tan hermoso querer a un ser extraño como tú, a un ser tan poético, tan hermoso, tan poco imperfecto. Mi corazón arde al leer tus letras, porque te leo, descubro tu ser, tu mente, tu percepción del mundo… Mi mente trata de memorizar esas frases que tanto me encantan, y descubro que soy fanática a tus textos, a tus letras, a tu mirada, a tu voz…

No me olvides, porque yo seré incapaz de hacerlo, tendría que morir mil veces para olvidar lo perfecto de tus escritos, tendría que morir diez mil para que mi mente borrara tu sonrisa que tanto me encanta; tendría que morir cien mil para perder de mi memoria el olor de tu ser, el sabor de tus labios, el calor de tu abrazo.

Tengo miedo de sentir esto que por ti siento, pero más miedo me da que no sea recíproco… Y para descifrarte es difícil, porque somos seres muy cambiantes. ¿Me estaré enamorando? No lo sé, o no estoy segura de ello, pero dame una pronta respuesta… Este ser que te espera en la distancia, aún te anhela.

Tierra de nadie

Anónima me encontraba en este sitio, en este monstruo de cemento que me tiene atrapada en su interior, la conozco y la ignoro al mismo tiempo. Todos los días me transporto en la misma ruta, de sur a norte, pero siempre van distintos personajes… hombres, mujeres, niños y niñas, que se dirigen a su trabajo, a su estudio, a su rutina que los carcome y consume día a día.

Y en medio de ellos y ellas ando, a veces los escucho hablando por su celular: -“En cinco minutos llego, es que hay un trancón que no imaginas”- a veces los empujo porque suelen hacerlo para anunciar su parada a tiempo; a veces maldigo al niño que se sube llorando porque su madre no le compró un dulce; pero todos desconocidos para mí.

Por eso ando en la tierra de nadie, aquí ninguno se percata de mi felicidad, de mis tristezas, de mi llanto… los pocos que lo hacen son pasajeros del bus del tiempo, del bus de la nada; que me observan y a veces ríen conmigo, o me miran con cara de tristeza… Aquí transito, todos los días, con el riesgo de ser golpeada, empujada, robada, pero con la certeza de ser una desconocida, una más en esta tierra, la tierra de nadie…

Momento mágico

Un mágico momento fue hoy, mi ser se embriago de tu aroma, penetrando mi piel, entrando por mi olfato y dejando en mi recuerdo el gran placer que fue absorber tu esencia. Me encanta tu aroma y no creas que es tu perfume, es el de tu piel, de tu cabello, me encanta tu piel, me encantas…

Estoy embriagada de ti…la felicidad me envuelve en el momento especial de estar a tu lado, de abrazarte, de acariciar tu cabello, conservaré tu aroma, lo guardaré en mi cajita especial y rememoraré ese momento de felicidad.

Amigo

Que palabra tan extraña es esa, la definición de una relación que tal vez quiera, y tal vez no. Te miro y tiemblo, te hablo con excusas baratas, te abrazo y mi cuerpo se estremece.

Amigo, me duele tanto decir esa palabra, porque no quiero que así sea, pero a veces se hace necesaria, pues eres mi cómplice, mi compañía, mi confidente.

Amigo, quisiera dejar de sentir tu mirada de ternura, que se convierta en una mirada de amor, quisiera dejar de sentir ese abrazo de apoyo por uno que conforte, quisiera dejar de sentir tus labios en mi mejilla y que pasaran a mis labios, a mi cuerpo. Amigo, quisiera simplemente que fuera diferente…

Pero no se puede, porque tú me cuentas el amor que le profesas, el gusto que le tienes… No puedo obligarte a dejar de hacerlo, y no quiero, pues esa es tu felicidad… Me dan celos no ser ella, pero también sé que me envidia, pues te tengo a mi lado siempre….

Como me duele esa palabra, pero en silencio seguiré queriendo transformarla…

Soledad

Soledad, a veces tan presente en mi, te deseo pero también te detesto. Poco a poco voy recorriendo mi camino, con tropiezos, con caídas, con alegrías, con placeres, pero siempre junto a ti. ¿Por qué te escondes cuando te quiero? ¿Por qué te muestras cuando no quiero saberte? Quiero serte indiferente, es mi anhelo, pero no puedo, estas clavada en mi sentir, en mi mente, en mi alma…

No puedo reconciliarme contigo, no puedo llegar a un acuerdo, porque no te escucho, porque no quiero hacerlo…

Tan solo quiero

Quiero vivir sin guión ni la misma receta...Quiero fugarme de mí para no ser de aquí ni de ninguna parte (Ricardo Arjona)


A veces, cuando más sumergida me encuentro en este mundo vació que lentamente absorbe lo que habita en él, cuando ya me siento fuera de lugar, que no encajo en ningún lado, cuando me quiero derrotar surge la luz dentro de mi alma que me hace creer lo perfecta que soy.

Yo, soy el ser inmortal, ríndanse ante mí pobres almas perdidas, almas llevadas, almas destruidas, yo, desde aquí, desde las profundidades, donde respiro el aire más puro que he creado con mis sentidos, donde he visto algo inimaginable, donde he hallado las tantas respuestas a sus preguntas carentes de sentido, yo aquí desde mi pedestal tan solo quiero acabar con la humanidad.

Has perdido mi amor para siempre

Dolor, esa es la palabra que describe aquello que sentí ayer, cuando con tus ojos llenos de rabia, me mirabas, y me decías aquellas palabras que taladraban mi alma, que carcomían mi sentir.

A veces me gustaría ser de piedra, olvidar sentir y aislarme del mundo, tantas malas experiencias he tenido al decirles a las personas lo que siento por ellas… pero por nadie había sentido lo que mi mente llego a sentir por ti.
Te alejas, te excusas en tu orgullo y te cubres con tu ego, me argumentas con falsas palabras llenas de términos que no quiero comprender, que he olvidado, que quiero borrar… mientras te alejas de mi, trato de no derramar lágrimas por tu ausencia, y no lo hago, no las mereces, la crueldad de tu ser y la nobleza del mío no van más, no caminarán más, tu cerraste la puerta, yo le he dado la espalda, por lo cual, el día que te arrepientas de perder esta oportunidad, no la encontrarás, y llorarás por todo lo que no supiste apreciar.

¿Dónde estas?

Me has dejado esperando, con la esperanza puesta en tus palabras,
Me has dejado con la voz en la mano, y con las manos extendidas,
Me has dejado con la alegría de escuchar tu voz, hablado sobre los dos,
Me has dejado con el recuerdo de tu aroma, con tu rostro entre mis párpados
Y más que nada
Me has dejado con mi luz apagada... ¿Dónde estas?

El gran sueño

Desperté, había soñado contigo. Fue increíble, porque era de esos sueños que son reales, en la que las sensaciones son ciertas. Me tomabas la mano, hablábamos de tu y yo, del mundo y el cómo arreglarlo, cada uno con sus diferencias, pero lo hacíamos.

Luego te besaba, no esperabas la reacción pero te dejaste guiar, era el primer beso entre los dos, el primer aliento de vida; tierno, inocente y torpe, pues los nervios me mataban. Luego, tú te lanzaste a hacerlo, tus labios y los míos continuaban disfrutándose, sintiéndose, conociéndose. La risa no nos dejaba, y la gente de aquel bar donde estábamos nos miraba, pues reíamos como si acabara de contar el chiste más gracioso del mundo.

Luego de tomar mi bebida favorita, y tu una cerveza me guiabas hasta la salida, allí corríamos como locos por las avenidas, todo por cruzar para llegar al lugar donde ambos queríamos entregarnos los cuerpos, sentirnos, desnudarnos, besarnos, acariciarnos, penetrarnos, olernos, escucharnos, expresar lo que sentíamos una y otra vez…

Pero por desgracia fue un sueño, aunque tan real como nunca lo había sentido, tan real, que cuando me di la vuelta estabas acostado, en mi cama, y después de un largo beso y un tierno abrazo, entendí que preferí dormir por siempre para estar a tu lado.

Aún te siento

Aún te siento, cuando cierro los ojos y entre mis párpados percibo tu silueta, para luego abrirlos y encontrarme con el recuerdo de tu olor, de ese suave aroma que despedía tu cuerpo, con tu voz y tus palabras al oído, con el sabor de tus besos, el contacto de tus manos en mi cuerpo.
Aún te siento, y cuando recorro las huellas que juntos marcamos cuando caminábamos de la mano, sin importar el obstáculo que se atravesara, mi mente recrea aquellas imágenes de tu sonrisa, de mi risa, y de la mirada de aquellos que curiosos nos observaban, por ser tan diferentes.
Aún te siento, y no me arrepiento, porque a tu lado aprendí a jugar… a jugar a imaginar amar.

El reflejo

Su hermoso rostro me miraba, pero yo sentía miedo, porque era una mirada penetrante, dura, parecía que leyera mis pensamientos. Yo, que rogaba al destino porque dejara de observarme, ya que mi mente se abría a él, de un momento a otro empecé a recordar toda mi vida, desde que estaba en el vientre de mi madre, allí, ese confortable lugar de donde no quería salir, luego salté a mi infancia, llena de juguetes y de peleas con mis hermanos, luego a mi primer día de colegio, de universidad, mi primer trabajo, mis amores, mis odios, todo, me sudaban las manos, la cara, todo daba vueltas a mi alrededor…

Hasta que descubrió…. Era su reflejo en aquel espejo llamado presente.

Al amor

Pensó que olvidar era fácil, porque alguna vez lo había hecho. Su alma había decidido dejar de sufrir por algo que sabía imposible, aunque nunca sufrió por ello, y dejo de esperar porque marchó lejos de allí. Pero ahora, todo era diferente, porque él había llegado sin pensarlo, sin imaginar que algo así pasaría. Fueron felices mientras el milagro para ella duró, porque de un momento a otro el miedo la invadió, el destino la llamó… Aunque su llamado fue atendido, el dolor que quedó fue grande, y olvidar no logró, por tanto, aún en las noches mira al cielo rogando al horizonte que su amado reciba un beso de amor…

Sin título (se aceptan sugerencias)

Una
Una flor
Una flor en
Una flor en tu
Una flor en tu cabello

Y
Y mis
Y mis manos
Y mis manos en
Y mis manos en tus
Y mis manos en tus pechos

Así
Así muere
Así muere mi
Así muere mi anhelo

De
De tenerte
De tenerte en
De tenerte en mi
De tenerte en mi cuerpo

Quisiera verte

En la distancia se que estas presente junto a mí, que me quieres, que me esperas; pero no quiero atarme a esas rejas que me impiden estar cerca de ti. Estas lejos, solo conozco tu figura por medio de una inerte pantalla, es doloroso, pero cada letra me permite imaginarte, conocerte, poseerte. Son mías, son solo para mí aquellas hermosas palabras que van formando los más tiernos párrafos que jamás he leído.

Quisiera verte, quisiera abrazarte, quisiera que sintieras todo lo que me produce el leerte, el conocerte por medio de las letras, de los versos, de las canciones, de las fotos, quisiera que mis ojos, que mi olfato, que mis manos, que mis oídos tuviesen un recuerdo presente de tu cuerpo, de tu mente, de tu esencia…

Pero más que nada quisiera que mi boca te reconociera, que mis labios sientan los tuyos y tener, aunque sea por instante, el recuerdo de ese aliento, ese aliento que me acercará a la muerte, a la muerte de mi curiosidad por tenerte.

Oh sueño

A veces levantarse de la cama para tratar de hacer algo con mi vida, se convierte en el más absurdo e insulso pensamiento, porque no me nace hacerlo.

Las manecillas del reloj giran, y desde su andar, suavemente aparece el verdugo del sueño, como una voz que me ha atormentado desde mis inicios... Y yo quiero seguir sumergida en el mundo de mis sueños, el cual es el producto de mi inconsciente, de lo que quiero.
Oh sueños, donde mis más oscuras y locas fantasías se hacen realidad; me permites viajar por el mundo, conocer todo lo que quiero, hacerme creer que estudio lo que pretendo, que descubro miles de secretos, que estoy con mi ser de luz, que soy feliz.

Homenajear al sueño es lo que quiero hacer en este escrito, aunque a veces el mundo onírico me muestre cosas que dan miedo, que no quiero, al entrar en él, olvido todo lo que la realidad me impone, me obliga a hacer, gracias sueño, y ojalá fueras eterno.

Corregido por Ivana (gracias)

A veces

A veces quisiera clavarte una daga en el corazón para que sientas lo profundo de mi dolor, a veces quisiera que me miraras cuando intento explicarte que no me gusta esa imposición que exiges, a veces quisiera que bajaras de allí y entendieras que no puedes verlo todo desde arriba, que a tus pies también hay almas que sucumben de dolor, a veces me gustaría que dejaras de agachar la cabeza y observaras que cosas hay frente de tus ojos, a veces quisiera que escondieras esas llagas que carcomen tu cuerpo y limpiaras esa sangre para que dejes de infundir lástima y confusión, a veces quisiera que bajaras de ese alto peldaño y caminaras junto a mi…

A veces y solo a veces quisiera creer en ti.

¿Quisiera saber...?

¿Quisiera saber por qué en estos momentos quiero llorar y no puedo? ¿Quisiera saber por qué ese viejo sentimiento ha vuelto? ¿Quisiera saber si se había apagado y ha encendido de nuevo? ¿Por qué deje alimentarlo otra vez? Solo eso quisiera saber, porque hoy, después de hacer todo normal en mi mente vuelves a morar...

Caja de cristal

Caminaba por el extraño mundo, no se adaptaba a él, había cambiado tanto su ser. Desde que recordaba, había sido encerrado en una hermosa caja de cristal, allí tenía lo necesario para vivir bien, placeres para sentirse mejor. La soledad fue siempre su amiga, su cómplice, y juntas iban orgullosas porque ambas eran compañía una de la otra.

Hasta ese día, muchos le decían: tienes que crecer; pero nunca le dieron fecha exacta, ella había olvidado el asunto, pues creía que el universo era esa caja, su caja, su mundo…

Alguien la arrancó de la fuerza, la sacó de allí dejando los cristales rotos y hechos trizas, destrozando su alma, pero ella no lo había notado hasta que abrió los ojos, y se encontró que allí, en ese lugar llamado vida real no pertenecía, que la trataban mal, que era inocente a muchas cosas absurdas, que la injusticia era el pan diario… por tanto, aburrida, decidió terminar con su sufrimiento, y, con los residuos de los cristales dar fin a su sufrimiento…

Construyo un mundo para ella sola, donde sus sueños volaron hacia el infinito, hacia lo cierto.

Cuento muy corto

Entro, se escondió y vivió…

Alguien llamo amor

No se había dado cuenta, alguien si le dijo: oye eres diferente, pareces un ser humano pero no lo eres, tienes una rara esencia. No prestaba atención a aquel individuo, un ser de tamaño promedio, con ojos saltones y cabello largo, parecía un esqueleto andante pues la oscura piel solo cubría huesos. En un extraño camino lo encontró, pues se perdió llegando a lo que consideraba su escape, su refugio. El hombre se acerco lentamente, lo sentía porque su respiración era fuerte, helaba su sangre, cuando uno de sus esqueléticos dedos toco su hombro, sintió como un calor que entraba en el cuerpo, que sanaba todo lo que alguna vez fue lastimado, que alegraba el espíritu… pero no sabía, sentía miedo, dudaba de él, esa mirada penetrante le causaba desconfianza.

Intentaba comprender que sentía, pero parecía imposible; hasta que sintió como su cuerpo se deshacía, gritaba déjame vivir…

Ese fue el día en que su alma de las tinieblas surgió, gracias a ese ser de luz que alguien llamo amor…

La fragilidad del ser humano

Algo rodeaba el calabozo donde se encontraba, los buitres cada vez volaban más bajo; tal vez sería el olor a muerte que se sentía en la atmósfera. Pero no eran solo buitres, mariposas negras revoloteaban en el lugar, parecía que trataran de escapar, pero no lo hacía, en cambio, hacían volar las cenizas de lo poco que le quedaba. Miró a su alrededor y vio todo igual, aunque la puerta estaba abierta, ¡Qué! ¿La puerta estaba abierta? Y al igual que las mariposas se acercó a ella, imaginando que pasaría si escapaba, pero sintió que el riesgo era muy grande, por lo tanto, dio la espalda, caminó al centro de su cárcel, y, de nuevo, se quedó allí, en medio de los restos de su alma.

Mucho gusto

Las presentaron, a ninguna le interesaba conocer algo sobre la otra. Se sabía que podrían ser grandes amigas, pero ninguna lo pensaba. La primera extendió su mano, sonreía, sus labios finos y rosados se movían lentamente para permitir que el sonido hecho por su garganta fuese escuchado: -Hola, mucho gusto en conocerla-. La otra apretó su mano, aún le inquietaba la dulzura de su rostro, la delicadeza de su mano, la fragilidad de su mirada. Había escuchado cosas feas sobre ella, pero no creía que algo tan delicado fuese tan siniestro. Su boca solo pronunció: -Me caes bien-. La primera soltó una carcajada, que rompió durante un largo tiempo el silencio, risa que contagió a la otra; era una extraña escena, dos hermosas criaturas con su mano estrechada riendo. Era extraño, pero así fue como se conoció la soledad y la tristeza.

Mujer

Es el ser que crea vida, que ama, que entrega sin pensar
Es la madre, es la esposa, es la hija, es la hermana, es la amiga,
Es también la sometida, la callada, la intimidada.
Pero también es la comprometida, la responsable, la luchadora
Es la guerrera que enfrenta largas horas de arduo trabajo,
Es el ama de casa, la profesional, la maestra, la vendedora
Es la monja, es la estudiante, es la loca, es todo
Es el ser lleno de inquietudes, inseguridades, miedos
Pero también es el ser que motiva, que incentiva, que se apasiona.
Son pocas palabras que alcanzan a describir la gran gama que representa
Porque son únicas y las más bellas,
Las que piensa, las que gritan y callan, las dueñas de mi mala dialéctica
Son las mujeres las criaturas perfectas e imperfectas
Que dan calor a esta vida fría y eterna.

El libro

-¿Qué es ese libro?
-Si tu no lo sabes, ¡acaso crees que se mucho!
-Pero se ve llamativo, con su gran pasta suave pero firme, con sus miles de colores, con hojas abiertas.
-No sé, no me importa, tengo más cosas por hacer que mirar algo tan poco importante como eso.

En ese momento, dos tristes lágrimas corrían por su rostro.

-En verdad ¿así de poco importante es esto?
-Pero de que hablas, acaso no observabas un libro, pero quien te entiende.
-No hablo de nada, como todo tiene tan poca importancia, en especial, yo.
-¿Tú? ¡Pero si eres mi prioridad!
-Claro, si es lo que dices.

Y salió de la habitación, entrando a lo que había hecho con amor.

-Pero, ¿Por qué tanto silencio? ¿Qué ocurre acaso?

Al acercarse al libro, descubrió que eran la más hermosa de las ediciones de cualquier empresa, vendido por nadie, pero elaborado con la más grande entrega posible, tanto que en la portada estaba la imagen de quien le había creado, de quien le había pedido observarlo. La tristeza rasgo su frialdad, y en su rostro tiernas lágrimas sembró, para luego, con su magia, entrar a acompañarse en la portada, donde quedó por siempre plasmado el abrazo eterno de un gran amor.

Ser como ellos

Ellos querían cambiar el curso de la historia, les habían mentido durante toda su vida, su existencia parecía ser la constante del círculo que nunca termina, el ciclo de los errores, de las discordias, de los secretos, de la corrupción.

Algunos de ellos habían decidido indagar, otros habían continuado como si nada hubiese sucedido, desde ese momento, y por su propia medida, dejaron de ser parte de ellos, ¿cómo? Nadie sabe, pero lo hicieron.

De ellos, varios se cansaron, otros fracasaron, y optaron por ganarle a los otros, para alienarse en su grupo. Así, poco a poco desistieron de ser ellos, para ser otros, los que la oligarquía quería. Algunos de los que aún quedan, hoy son felices porque conocen la verdad, porque la venda de sus ojos ha sido quemada, ha sido derrotada; muchos gozan de la felicidad que les brinda el realmente ser, el dejar una huella en el camino, el interpretar y el actuar.

Muchos los critican, otros les condenan, pero el sueño de muchos como yo, es algún día lograr ser como ellos; de ser parte de ellos, de ser un verdadero ser humano…

La crónica de Nadia (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia)

Andrés y Camilo, eran dos hermanitos, hijos de Nadia; quien, a sus 25 años, ya tenía más experiencia que cualquier mujer de edad madura. –“La vida no ha sido fácil”- Dice ella, -“desde que quedé embarazada de Andrés, a los 15 años, la vida se ha encargado de poner más y más obstáculos.

Conocí a Nelson una hermosa tarde de febrero, llovía como nunca, acababa de salir del colegio, pero había olvidado el paraguas, por lo tanto, corría para llegar rápido a mi casa. Estando en la esquina, tropecé con él, con sus ojos miel claro, profundos y brillantes, con sus delgados y sonrosados labios, con su piel blanca, con sus cabellos negros….

Desde ese día, empezamos a vernos, a escondidas claro está, pues en mi casa no querían que saliera y menos si era con un hombre. Empecé a sentir cosas que nunca había imaginado, lo quería, lo amaba, lo necesitaba. Hasta el día que cambió mi vida, entré al laboratorio clínico de un barrio cualquiera, a esperar una respuesta. Tenía un retraso de veinte días, pero no sospechaba nada, no sentía mareos ni vomitaba, como decían todas las chicas de mi clase que tenían tal experiencia. La respuesta parecía eterna, había llamado a Nelson para que me acompañara, pero él no llegaba.

Hasta que abrí el sobre, positivo, mierda y ahora que hago. Salí a la calle hecha un mar de lágrimas, ahora que sería de mi embarazada, terminando décimo, adiós a mi sueño de ser doctora. Al rato, llegó Nelson, al verme así supuso el problema. Ahora, dije, que hago, el otro año me gradúo, ¿y el servicio?

No les conté a mis padres, me fui de la casa con él, a vivir con su mamá. Ella era la que me cuidaba. Terminé décimo, Nelson se graduó, y al poco tiempo nació mi niño, mi Andrés. Le puse ese nombre por su abuelo, que lo conoció cinco años después, junto a su otro nieto, Camilito.

Fue dos años después que él nació. Nelson había conseguido un trabajo de repartidor de pizzas, yo cuidaba la casa, a los niños y a la abuelita enferma, que días después al nacimiento de Camilo, falleció; la tristeza se apoderó de la casa, y, tal vez , fue esa mala vibra lo que acabó con el pequeño paraíso que había creado.

Lo recuerdo tanto, Andrés tenía ocho años y Camilito cinco. Andrescito empezaba a cursar tercero de primaria, Camilito primero. Estaba en casa, esperando a que los niños salieran del colegio, cuando la vecina de la tienda, la que presta el teléfono me llamó, Nelson había muerto cuando iba a entregar un pedido.

Sentí que la mitad de mi vida se iba con él, mi alma lloraba y se desangraba como si una daga la atravesara. Corrí a medicina legal, no sin antes ir a donde mi mamá y encomendarle a los niños; cuando llegué ya no había nada que hacer, era él.

Su cuerpo inerte reposaba en una camilla, estaba cubierto por una sábana. Ya no volvería a ver su sonrisa, sus ojos, sus muecas. Y ahora, ¿qué iba a hacer? Nunca terminé el bachillerato y para conseguir trabajo con lo difícil que es.

Hoy, soy vendedora en un almacén de telas, gano menos del mínimo, pero todo lo hago por mis hijos. Andrés cuida a Camilo mientras trabajo, es decir, casi todo el día. Siempre que llego, ambos me esperan afuera, en el patio, donde está el lavadero. Andrés se sienta donde cada domingo restriego mi ropa y la de mi vecina, que me paga $200 pesos por prenda lavada; y Camilo, que es muy inquieto y juguetón, se lanza a mis brazos cada vez que regreso.

Se que no vivo en la casa más bonita, pero él lo único que Nelson me dejó. Trabajo, duro, pero por mis hijos, a quienes “obligo” a estudiar. Andrés ya es grande y entiende la importancia de ello, pero a Camilo no le gusta, por él jugaría tolo el día con el carro que le dejó si papá de herencia”.

Esta es la realidad no sola de Nadia, sino de muchas de las madres de los niños que tratan de crecer y estudiar en la ausencia de sus padres. Pero, ¿qué hacer para remediar esta situación?

A través de la ventana

Observo al frente, observo la ventana y realmente no me inspira nada. Tal vez sea la lejanía en la que me encuentro, tal vez sea la venda que me impide observar la realidad, tal vez sea la falta de sensibilidad, pero mi alma aún duerme en su crepúsculo esperando algo que la despierte.

Mirando a través de la ventana, aún no se aclara nada, solo veo como lentamente se confirma que no hay luz, como cae el sol para dar paso a la noche, a la bella noche que reclama su soberanía lentamente, que me seduce y obliga a pensar en ti, porque parece que solo tú me inspiras.

Vuelvo a ver el cielo para percibirlo lentamente oscurecer, para ver el camino de la gran luz que forzosamente se extingue dando paso a los mil focos que se empiezan a encender aunque los apague la niebla que nos cubre, el frío que nos cobija, la soledad que me acompaña, mi amiga, mi compañía.

¡Qué hermoso contraste! ¡Qué bello es ver caer la luz para sumergirnos en la oscuridad! Es el espectáculo que me brinda la naturaleza, para demostrar su inmensidad, su supremacía, para que al detallarla sepa apreciar lo que ella abarca, lo mucho que me brinda. ¡Qué hermoso es el contraste de la noche y el día!

No lo sé, tal vez sea la grandeza de la ciudad, tal vez sea el hecho que no estás, pero de melancolía se llena mi ser otra vez. Es increíble cómo puedo percibir el mundo, de una forma que nadie podrá entender.

Era un árbol

Era un árbol, que alguna vez fue semilla, que alguna vez fue fruto. Ese día la melancolía había regresado a su alma, como solía hacerlo siempre que veía un corazón llorar. Pero esta vez fue diferente, porque, mientras el corazón de aquella muchacha lloraba y gritaba desesperado, su cuerpo irradiaba alegría, esperanza.

Pero, ¿cómo era posible? Se cuestionaba el árbol. Si, cada vez que él se sentía mal sus hojas marchitaban, sus ramas caían y ni fruto producía. ¿Qué significaba ello?

Entonces, decidió imitarla, y, para el asombro del pueblo, el árbol daba unos frutos deliciosos y bellos, sus hojas eran tan verdes como nunca había sido. Años después llegó el supuesto progreso, y con él la destrucción. Fue cortado el árbol, y como si fuese un milagro, del tronco que yacía aferrado en la tierra, brillaba algo, un algo tan resplandeciente que había enceguecido al mundo entero. Era el alma de lo que fue alguna vez fruto, de lo que alguna vez fue una semilla; era la pura y lozana alma de un árbol.

El camino que se abrió en dos

Para él, el mundo era un lugar cualquiera. Para ella lo era todo. El uno desconocía la existencia del otro, pero… ¿a caso importaba?

Para él, no. Pretendía hacerse ver como el más “macho”, escondiendo en su interior a su verdadero ser; el que buscaba la felicidad y sentía miedo.

Ella, por el contrario, encerrada en la cárcel que había creado se concentraba en seguir su rutina, en acatar las reglas, en sentirse libre, aunque sabía que no lo era, y eso le atormentaba.

Hasta que un día, para él dios, para ella el destino, los reunió. Fue un instante, un todo para ambos. Cuando las miradas se encontraron, y se vio en ellas un resplandor de alegría, de felicidad, de ser complementos, de caminar por la senda de la inmortalidad.

Cada uno se perdía en los ojos del otro, y luego, tras pocas citas, se encontraron lentamente los dedos, las manos, los cabellos, los labios, los cuerpos...

Hasta que un día cualquiera, algo acabó con el milagro, con la fantasía. En él la llama se extinguió, en ella el dolor penetró.

Fue entonces cuando ambos dejaron de mirarse, para lentamente separarse el uno del otro. De nuevo, el camino se abrió en dos, y cada quien vive su cotidianidad otra vez, con una diferencia: cada quien quedó inscrito en el alma del otro.

Nacimiento

Era un humano, ¿lo era? Físicamente sí. Era un mamífero, aún recordaba cuando su madre le daba pecho, el cómo le encantaba morderlos. Recordaba, por tanto tenía razón. Pero no hablaba, no podía comunicar al mundo lo que pensaba, lo que sentía, lo que anhelaba.

Y esa era su condena. Cansado que nadie entendiera lo que quería expresar, decidió vengarse de aquellos que no querían entenderle. Entonces, se transformó en un modo, que más tarde sería denominado, silencio.

Cristales rotos

Observaba la hermosa figura que se reflejaba en el cristal, observaba la profundidad de su mirada, observaba el color oscuro de sus cabellos, observaba la forma como lloraba.

¿Había algo más triste que ver un ángel llorar así? Si, si lo había. Es que alguien lastime su alma y ver los residuos de su mirada en los cristales rotos.

Muerto en vida

Lentamente su cuerpo se descomponía, había muerto en vida, no podía creerlo... Días antes, caminada creyendo ser libre, ser un algo, un alguien, pero no, así no era... Su corazón se había despedazado al escuchar las más infames palabras que nunca olvidaría, pues su mirada, su tristeza, su ironía, el movimiento de sus carnosos labios, los nueve parpadeos que realizo mientras lo decía, su agitada respiración, el movimiento nervioso de sus manos, las reacciones que se manifestaron en ese ser que le dijo: todo tu ser es una mentira, eres uno más en el montón, en esta pocilga.

La puerta

Se abrió la puerta... El picaporte era sostenido por la más hermosa de las manos, la que tanto había deseado... Lentamente entraba ella, con su particular forma de vestir, de sentir, de oler, de ver el mundo...

Y era observada por él, a quien secretamente deseaba, a quien después de conocerla e ignorarla había anhelado con lujuria...

En la mente de ella, pasaba lo mismo, pues era un ser especial, único. Habían sembrado una amistad que abarcaba grandes niveles de confianza, de una supuesta felicidad... Pese a ello, ninguno se atrevía a confesar lo que sentían, sus fantasías, el estar amándose en los sitios más comunes y raros, en expresarse lo que los cuerpos sentían.

El tiempo pasó, hasta ese día, el día en que ella la puerta de su casa abrió... El día en que la atracción no pudo contenerse, que la pasión se desbordó, el día en que los cuerpos se abrazaron para convertirse en un profundo, largo y silencioso beso de amor, que lentamente se transformaba en una caricia, la cual recorría cada centímetro de piel, sin dejar nada de lado, porque era cada vez más placentero el momento que se había dado…

Hasta que se llego al momento del clímax, mientras que, penetrados, cada uno se miraba a los ojos, y sin necesidad de palabras, se confesaron su profundo amor…

La ciudad

La cuidad se mostraba ante sus ojos, ante su mirada. Le había absorbido por miles de años, cuando deambulaba por sus calles, sin rumbo fijo; acompañado por su sombra y su conciencia, aunque no sabía si tenía esta última.

Su cotidianidad se repartía entre la soledad y la compañía, la nada y el todo, la falta de compromiso y la responsabilidad a terceros...

Ante sus ojos se encendían las luces de los muchos bombillos en la ciudad, luz que alumbraría a las familias que cenan, a los solteros en busca de cualquier cosa para calmar su hambre, a los acomodados atendidos por su empleada, a los que carecen de casa, a quienes duermen en finos colchones, a quienes lo hacen en la calle, a los que no comen, a los que creen vivir, a los que viven muertos...

Pero él estaba allí, observándola, la había amado, pero ella le había alienado; la había amado, pero decidió escapar de ella, y, aunque la tristeza se manifestaba en sus ojos, le dio la espalda a la cuidad, y marchó de ella para siempre....

La perfecta imperfección

Él estaba metido en su mundo, absorto en sus pensamientos, en su mente...
Viajaba a donde la imaginación le permitiere, un día estaba descansando en medio de las nubes, dormitando en la suavidad más suave que jamás existió. Otro día estaba volando, y sentía tibieza; la tibieza más tibia que jamás existió. Y así, cada vez eran más y más aventuras, había veces que amaba más que el amor, otras que saltaba más alto que nadie...

Pero un día se aburrió de su rutina, de la perfección, descubrió que tener lo más bello y perfecto no le hacía feliz; y aburrido empezó a tratar a buscar la verdadera felicidad, hasta ese día, el día que la vio a ella, y fue feliz con la perfección de su imperfección.

¿Realidad o ficción?

Cruzaba la carretera a las tres de la mañana, ¿para qué? no sé, cruzaba si dejar de ver el horizonte, sin importar lo que pasara, sin esperar a que me estrellaran...

Y crucé, ¿Qué pasó? Nada, solo sé que abrí los ojos y me encontré con tu profunda mirada.

Cuando llega el final

Esperaba, tanto que la esperanza se mantenía fugazmente viva. Cuando llegó la tan anhelada respuesta, aunque negativa, sentí por un momento alegría, pero en realidad era el llanto de mi alma que en lo oscuro moraba…

Reflexiones a la tierra

Cálidas fuentes de agua cristalina recorrían el páramo, si, eran cálidas, aunque parezca algo imposible desprendían calor. ¿Cómo sería posible? Aún no lo sé, algunos creen que Lucifer lentamente escapa del infierno, por lo tanto las llamas eternas elevan la temperatura de este preciado líquido; otros creen que es consecuencia del calentamiento global, los expertos dicen que la tierra comunica calor al agua y por lo tanto se produce el fenómeno...

¿A caso la tierra produce calor? No lo sé, pero al preguntarle a ella me respondió en total entrega: -Por años he cedido a las exigencias del hombre, pero ello me ha traído graves problemas, pusilánimemente muero, que sucederá, no lo sé; las fuerzas se me acaban, por ello, aunque no quiera, estoy empezando a llorar...-

Por lo tanto, no se sorprendan si una mañana, el páramo vuelve a ser noticia, esta vez, la primicia será “Corren gotas de agua saladas y cálidas en las montañas” ¿A qué se debe el fenómeno?

Descubrimiento

Corrían cálidas gotas de agua sobre mi rostro. ¿Será la lluvia? pero... ¿son saladas?

Y descubrí que lloraba, al perderme en tu mirada...

Tres Finales

Final 1
Y pregunté
¿Aún estas ahí?

Y me respondió el silencio.
Y mi corazón lloró.

Final 2
Y pregunté
¿Aún estas ahí?

Y me respondió:
-Estoy a punto de marchar,
esto es el definitivo adiós-

Final 3
Y pregunté
¿Aún estas ahí?

Y me respondió si,
esperando a que preguntaras por mí.