miércoles, 21 de enero de 2009

El abismo

Un leve sonido entraba en su oído, al parecer el viento susurraba dulcemente para sí, solo para él. Hermosas palabras entraban allí, las más bellas jamás pronunciadas. Así pasaba su tarde, sentado en el fondo de su abismo, escuchando aquella melodía perfecta que le daba la naturaleza…

Se metió tanto en el que olvido todo, para centrarse únicamente en sí y en su voz interior, para vagar en la mañana y en la noche en el mundo y ser compañía de aquellas almas, de esas almas que sienten que para ellas nadie existió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se reciben toda clase de comentarios...