miércoles, 21 de enero de 2009

La puerta

Se abrió la puerta... El picaporte era sostenido por la más hermosa de las manos, la que tanto había deseado... Lentamente entraba ella, con su particular forma de vestir, de sentir, de oler, de ver el mundo...

Y era observada por él, a quien secretamente deseaba, a quien después de conocerla e ignorarla había anhelado con lujuria...

En la mente de ella, pasaba lo mismo, pues era un ser especial, único. Habían sembrado una amistad que abarcaba grandes niveles de confianza, de una supuesta felicidad... Pese a ello, ninguno se atrevía a confesar lo que sentían, sus fantasías, el estar amándose en los sitios más comunes y raros, en expresarse lo que los cuerpos sentían.

El tiempo pasó, hasta ese día, el día en que ella la puerta de su casa abrió... El día en que la atracción no pudo contenerse, que la pasión se desbordó, el día en que los cuerpos se abrazaron para convertirse en un profundo, largo y silencioso beso de amor, que lentamente se transformaba en una caricia, la cual recorría cada centímetro de piel, sin dejar nada de lado, porque era cada vez más placentero el momento que se había dado…

Hasta que se llego al momento del clímax, mientras que, penetrados, cada uno se miraba a los ojos, y sin necesidad de palabras, se confesaron su profundo amor…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se reciben toda clase de comentarios...